viernes, 2 de septiembre de 2011

Miguel




"En una cama de hotel, nos sorprendio la mañana, ropa en desorden y tú ,ya mujer habilitada, un desayuno señor , para la suite 911. No se moleste en llamar, solo el silencio responde....." era lo que se escuchaba en la pequeña radio sobre el banquito improvisado de tabla de encofrado que se ubicaba cerca del rincón, donde se encontraba el unico enchufe del habitaculo de bloque sin rebocar que era el hogar de Miguel por los meses que quedaban. Por ahora tenía cuatro meses más y aunque la insertidumbre del futuro lo preocupaba, él ya había vivido lo peor y ahora no pensaba volver. Es que la suerte había que cuidarla y él la estaba ayudando.
La garrafa de 3kg era roja. De la caldera de lata aboyada, negra y cuyos dos pinchos que salían para arriba, marcaban con dos tornillos enfrentados el marco en donde hubo en algun momento un mango de madera. De ahí , la agarró con un trapo viejo,sucio y deshilachado para cebarsé en un vaso chiquito, de vidrio, craquelado color ambar, un mate. Se sentó en una silla arrumbrada de playa, la cual tenía menos de la mitad de las tiras blancas y azules de plastico , de las que debería tener originalmente. Se rascó la espalda desnuda, sin mucha uña, más bien espantando la mósca. Prendió con un fosforó la punta del tabaco que había armado, se subió el elastico vencido del short y se miró las alpargatas agujereadas y bigotudas , con el pucho y el mate en la misma mano y con la otra empujó la puerta de madera de la obra y salió a la vereda, el sol le daba directamente a la cara. Cerró los ojos y sonrió.
"...dejame que pronto vuelva a amarte. Orguiiiiiiosa.." cantaba en el fondo , la radio.
" Que hace Miguel."
" Que dice , chiquilin."
Miguel entró al habitaculo de blóque y se acostó a dormir en la cama de tabla de encofrado.

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