Hoy era el gran día. Por primera vez el grupo había aceptado que él lo hiciera. Había deseado este momento desde que se unió. Casi no lo pudo creer cuando en la última reunión el Líder lo había propuesto para esta misión. Todos estuvieron de acuerdo.
Había planeado cuidadosamente su estrategia. Empezaría con algo que llamara la atención, y luego se lo iba a sacar de encima lo más rápido posible.
El día transcurrió con total normalidad. Lo único que cambió fue la tarde. Merendó tranquilamente y se puso el canguro negro. Era el que se había escogido como uniforme para esa noche. Agarró el megáfono, lo puso en su vieja mochila roja y se fue hasta la parada. Sonrió al ver el afiche que aununciaba el evento pegado en una columna de luz.
Se subió al ómnibus y se sentó en el fondo. Solo, así nadie lo molestaba. Se puso los auriculares y buscó en su mp3 los cuentos de Luis Landricina, Siempre lo ponían de buen humor y lo ayudarían a agarrar confianza.
Se bajó en el lugar acordado. Allí lo esperaban los dos hombres que lo acompañarían esa noche.
Caminaron unas cuadras entre la gente.
Llegaron al cordón policial y esperaron a que el guardia estuviese distraído para pasar por debajo de la cinta amarilla.
Siguieron caminando con total normalidad. La primera parte había sido fácil.
El lugar estaba casi vacío. Todos los que andaban en esas cuatro manzanas de exclusión policial estaban organizando el evento o tenían invitacíon VIP.
En la intersección de ambas calles, miraron para arriba. Casi no se podía ver el cable de acero que unía ambos edificios.
Ya casi era la hora del evento y ahora sí había gente. De vez en cuando el público miraba hacía arriba con esperanza, pero nada.
Esperaron alrededor de media hora y una voz por unos autoparlantes lo anuncío.
"Damas y caballeros...niños de todas las edades...Lo que ustedes verán esta noche, no se ha visto en ningún rincón de nuestro continente......intentará cruzar entre dos edificios a más de treinta metros de altura, ayudado solamente por una vara de madera....yyyyy.....todo esto sin red de contención....Niños, no intenten esto en sus casa.....sin más...con ustedes....el Gran Equilibrita...Sergioooooooo Sáááááánchezzzzzzzzz!!!!!"
La gente aplaudió y gritó. Ellos tres, sonrieron.
Un foco de luz alumbró el techo de uno de los edificios. Apareció una figura humana vestida completamente de amarillo.
La gente quedó en silencio mirando como Sergio daba su primer paso. La noche parecía inmóvil. No había viento. No había ruido. No había vida. El público temía moverse para no desconcentrar al equilibrista.
Sanchez había avanzado un cuarto del recorrido. Era el momento. No había vuelta atrás.
El hombre del canguro negro sacó el megáfono de la mochila. Lo prendió y apuntó al cielo. Sin pensarlo grito:
" Sánchez!!!!! Sergio...me escuchás???"
El equilibrista se quedó quieto sobre el cable. No avanzó. Parecía un pájaro durmiendo sobre un cable de luz en la calle.
Llamar la atención había sido más fácil de que lo que el hombre se había imaginado. No recurrió a lo planeado. Ahora faltaba el remate. Pasaría directamente a lo mejor.
Con el megáfono apuntando al cuerpo de Sergio, el hombre gritó:
"Sánchez!!!!! Escuchá atentamente........Llega un niño a la casa y dice" Mamá, Mamá.....en la escuela me dicen distraído.""
El hombre cambío la voz a una más aguda y continuó....
" Callate nene, que vos vivís en la casa de al lado..."
El equilibrista se empezó a reír, perdió su equilibrio y cayó...
Antes de que Sergio Sánchez tocase el suelo, el trío y el megáfono se había perdido entre la gente.
Lo leímos entre varios... y nos reímos todos. Muy bueno!
ResponderEliminarhumor negro, no? está muy bueno.
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